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martes, 20 de enero de 2009

CHICOS DE LA BOCA En el barrio porteño de La Boca, más de un centenar de niños y adolescentes en situación de riesgo social participan de talleres..

artísticos y educativos, como parte de una iniciativa del gobierno de la ciudad.

Buenos Aires, enero de 2009 (RIS-Argentina) Viven en conventillos fácilmente inflamables (unos 400 de esos edificios son destruidos por el fuego cada año en La Boca según cálculos oficiales). Pocos duermen en un colchón propio, y la mayoría comparte el baño y la cocina entre familias numerosas, cuyos jefes de hogar tienen trabajos esporádicos. Ellos son “los chicos de La Boca”, como gustan que los llamen. Para ellos, que sufren la marginalización y estigmatización de la comunidad, el gobierno porteño creó en 2000 la Casa del Niño y el Adolescente.

El espacio funciona en la plaza Matheu, situada sobre la calle Irala al 1200, en La Boca. Allí, más de cien chicos de entre 9 y 20 años, mayormente del barrio pero también de San Telmo, Constitución y Barracas, concurren diariamente, al menos durante tres horas, para participar en grupo de distintas actividades artísticas, culturales y educativas.

Cada proyecto dura un año. De marzo a diciembre tienen la misión de desarrollar una revista, un blog, una obra musical, una función teatral, un cuento, una obra plástica, un video clip o una guía turística de la ciudad de Buenos Aires desde sus perspectivas, entre otras producciones que proponen ellos mismos. También pueden asistir a talleres complementarios de lectoescritura, alfabetización o apoyo escolar.

“Nosotros no trabajamos en talleres, sino en proyectos anuales, que requieren continuidad, es decir, la participación y el compromiso diario de los chicos. Y los resultados que observamos son enormes. Se entusiasman mucho y cumplen con sus compromisos”, comentó Ethel Batista, directora de la Casa.

En diálogo con RIS-Argentina , la licenciada en Ciencias de la Educación resaltó que el propósito de la entidad es “buscar que los chicos estén ocupados en los tiempos que tienen libre” para que “no tengan la posibilidad de pensar en las drogas o el alcohol. Les ofrecemos una posibilidad para que conozcan oportunidades y puedan desarrollar sus habilidades, así como también les abrimos puertas para que asistan a funciones teatrales, musicales o descubran las distintas manifestaciones culturales que no tenían idea de que existían”.

El juego también ocupa un lugar central para los profesionales que llevan adelante cada una de las actividades de la Casa. “A partir de lo lúdico, hablamos de discriminación, de los derechos humanos, las enfermedades, las relaciones sexuales o el embarazo adolescente”, ejemplificó Batista.

Y aunque el esquema de acción de la Casa pondera lo grupal, “también se trabaja de manera individual con el chico, respondiendo a puntuales necesidades como situaciones de maltrato, desalojo de la familia, tramitación del documento de identidad de ellos o sus hermanos, problemas de salud, de aprendizaje, inclusión educativa o laboral, entre otras cuestiones”, destacó la directora de la institución, que está bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad.

Para abordar esas problemáticas, el trabajo en red es clave. Los profesionales de la Casa articulan sus tareas con la Defensoría porteña, los centros de salud barriales, las escuelas, OSC de la zona y juzgados, entre otros establecimientos públicos y de la comunidad. “Nosotros –puntualizó la mujer-no es que les resolvemos el problema, sino que los ayudamos a resolverlo acompañándolos y planteando estrategias de respuesta junto con las instituciones referentes en cada tema”.

“Lo mas importante de nuestra tarea es que incluimos al chico, le damos voz. En general ellos vienen con alguna problemática o inquietud. Nosotros los escuchamos y les respetamos su derecho a la intimidad. Luego, nos reunimos con el grupo de profesionales y elaboramos una estrategia de abordaje consensuada con el chico. Es decir que lo hacemos participe. Para nosotros eso es fundamental”, aseguró Batista.

Los chicos llegan de manera espontánea, recomendados, a través de una madre o amigo. Algunos también son derivados de los juzgados porteños, “pero son ellos quienes firman su propia inscripción”, sostuvo. Las actividades son gratuitas y se brindan contraturno escolar.

En la Casa se desempeñan unas 20 personas, de las cuales 12 están a cargo de los grupos. El resto, trabaja en tareas de mantenimiento y limpieza. Y si bien el Ejecutivo comunal es quien les paga los sueldos, el resto de los insumos y equipamiento que necesitan para llevar adelante los proyectos deben generarlos ellos mismos.

Un blog, una agenda infantil de la ciudad, un libro con producciones plásticas y literarias, además de las actividades de fin de año, son algunas de las producciones de La Casa del Niño y el Adolescente. “Trabajamos mucho para producir estas cosas y nos resistimos a bajar la calidad de lo que hacemos. Nos resistimos al estereotipo de ‘lo pobre’”, describió Batista. (Por Rosalía Costantino)

CÓMO CONTACTARSE:
Casa del Niño y el Adolescente
www.cnyalaboca.blogspot.com
(011) 4302-9317

Link: http://www.risolidaria.org.ar/canales/contenido/nota/masinfo.asp?nota=15622

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